La ruta es larga y cruenta,
                                        
                                        es difícil ver el fin;
                                        
                                        pero mi alma entona un canto
                                        
                                        pues conmigo un ángel va.
                                        
                                        La noche es negra y turbia,
                                        
                                        no la alumbra débil luz;
                                        
                                        pero mi alma entona un canto
                                        
                                        pues conmigo un ángel va.
                                        
                                        Me cuida de la tentación,
                                        
                                        me cuida por su amor.
                                        
                                        Si oro, también ora él;
                                        
                                        va siempre junto a mí.
                                        
                                        Me olvidan mis amigos
                                        
                                        y muy solo puedo estar;
                                        
                                        pero mi alma entona un canto
                                        
                                        pues conmigo un ángel va.