¿Cómo agradecer
                                        
                                        lo que hiciste en mi favor?
                                        
                                        Aunque indigno soy,
                                        
                                        me salvaste por tu gran amor.
                                        
                                        Las voces de un millón de seres
                                        
                                        no alcanzan para agradecer;
                                        
                                        pues lo que soy,
                                        
                                        y lo que espero ser,
                                        
                                        lo debo todo a ti.
                                        
                                        A Dios sea gloria,
                                        
                                        a Dios sea gloria,
                                        
                                        a Dios sea gloria,
                                        
                                        ¡tanto hizo por mí!
                                        
                                        Me salvó con su sangre,
                                        
                                        me libró del pecado;
                                        
                                        a Dios sea gloria,
                                        
                                        ¡tanto hizo por mí!